miércoles, 19 de marzo de 2014

Nuestro universo podría existir dentro de un multiverso

Anoche unas berenjenas me hablaron. Me pasaron un link a una página en la que hablaba sobre la posible existencia de distintos universos y me hizo pensar en varias cosas. Aquí dejo mis teorías:

Con la primera imagen que te topas es con esta de la derecha, mientras te explica que cada universo podría ser una burbuja espacio-tiempo. Bueno, el caso es, que si el universo es una burbuja y se expande... ¿No hacen las células lo mismo cuando entran en mitosis celular? Una célula se empieza a separar y se divide en otra. ¿Y si nuestro universo es una célula que se está separando, pero que al formar parte de un organismo muy grande tarde mucho tiempo en terminar esa mitosis universal? ¿Y si, ese Dios del que habla la gente, es el organismo en el que nos encontramos y todos los universos que hay a nuestro alrededor sin que nosotros lo sepamos son más que sus células? Metería dentro de esta teoría a Cthulhu, pero quiero que sea algo seria. ¿Os habéis preguntado si, en cada célula de nuestro cuerpo, puede existir un universo tan diminuto que nosotros no podamos observar? Para mi, estas son teorías interesantes, porque no tengo ni idea de física y mi imaginación me desborda.

Por otro lado está la teoría de los "viajes en el tiempo". Y lo pongo entre comillas porque, ¿y si realmente no son viajes en el tiempo? Y si hay pequeñas fisuras (como un agujero negro), que funcionen como portales a otros universos parecidos al nuestro pero partiendo de diferentes decisiones, que hacen que el futuro se desarrolle de distintas maneras (se explica bien en Fringe), por eso no existe realmente un viaje en el tiempo si no entre universos que se parecen entre ellos.

Todo esto me fascina al mismo tiempo que me hace sentir pequeño. Además, durante toda mi vida me he hecho una pregunta imposible de descifrar hasta esta teoría. ¿Dónde se encuentra el universo, metido en una caja de zapatos? Ahora, podría responder que está rodeada de otros universos, aunque la nueva pregunta sería. ¿Dónde se encuentran estos?

viernes, 7 de marzo de 2014

Monomanía

    Creo que este relato
                             es
                      uno de los mejores
                                 que he escrito
                            en toda mi vida.
                 
                       No miento.
                                  De verdad.


Monómana nació y en monófoba se convirtió. Que no monofóbica. Ella no tenía miedo a la soledad, ella odiaba estar sola. Odiaba lo único, y cuando pensaba en tener un hijo la única idea que venía a su cabeza era tener gemelos, mellizos o nada. Odiaba su cara porque solo tenía una, en cambio adoraba sus brazos y piernas. Su cuerpo era un delirio de amor-odio. Dos pechos, un ombligo. Dos orejas, una boca. Dos ovarios, un único y horrible útero. ¿Por qué no podía tener dos? ¿Quién lo eligió de esta manera?
Su vida era horrible. Un trabajo, un jefe. Hasta el rinoceronte que cruzó su ventana tenía dos alas y dos cuernos. Pero era monocromo y eso le irritó. Cuando subió las escaleras para bajar al sótano, encontró una puerta hacia un paisaje helado, pero como solo era una, se dio la vuelta para volver a su puesto de trabajo. Arriba, bajando las escaleras, su jefa le esperaba de nuevo. Se había encadenado con esposas a la silla y le pidió que esposase la mano que le faltaba. –Ponme un papel en la boca por favor –ella lo hizo. –Gracias –le dijo cuando sacó la mano de su garganta. Empezó a ahogarse y lo devolvió. –Marca el número de emergencias por favor –y ella actuó obediente mirando con odio ese dichoso “1”. –Ayúdenme –dijo el jefe cuando respondieron en la otra línea. –Me han atacado –y cuando los refuerzos llegaron, bajaron al gato que se había subido al árbol y no sabía bajar, y la dueña temía por el pobre felino porque el abeto era muy alto. Pero cualquiera se subía a aquel pino en plena glaciación solo para salvar a un simple hamster que se había colado en la aspiradora. Cuando aquellos jóvenes Scouts le dijeron al pobre hombre que no habían podido salvar a su pez le enterraron en el jardín, pez y hombre juntos. Pero él empezó a llorar cuando la tierra le comenzó a llegar al cuello,  y los bandidos se asustaron porque las lágrimas no se filtraban en el nicho y todo empezó a inundarse, y el hombre murió ahogado en sus lágrimas y los jóvenes murieron también.
El fantasma, que era amigo del monófobo, le hizo una visita, pero hacía tantos años que no se veían que, en cuanto le abrió la puerta, cayó fulminado del horror y murió. Su espíritu se levantó y fueron los dos flotando, mientras el mundo se inundaba por las lágrimas de un hombre ahogado, montados en sendos rinocerontes alados.

Las lágrimas de un chicle pegado a un zapato fueron tales que calaron los calcetines del muchacho que los llevaba. Cuando se quitó la zapatilla buscó la fuente del agua, y cuando vio llorar al chicle lo quitó, lo acarició y se hicieron amigos para siempre hasta que lo tiró y acabó este en el zapato de otro.

El hombre que no sabía abrir puertas murió en casa porque una avispa se coló en ella y él era alérgico. La muerte fue instantánea.
Un hombre recién depilado se arrepintió de su decisión y se rapó la cabeza para pegar a su pecho los pelos con superglue.
La mujer de Minos se la pegó con un toro porque su hombre la tenía pequeña. No hay más. De ahí salió un engendro y ahora todos son felices.
La habitación de un escritor con un concepto erróneo de la palabra monomanía, que delira, se cierra, y las cuatro paredes se acercan cada vez más. En estos momentos termina de escribir esta línea.


¿Lo sientes?


                                                           NO

Amor

Amé el día en el que te conocí. Amé tu mirada sosteniendo la mía. Amé tus manos que temblaban cuando te besaba, y las lágrimas que en ocasiones caían por tu rostro. Sigo amándote, de verdad lo hago. Amo tu forma de sonreír, y la perfección de tu dentadura. Amo la forma en la que permaneces tumbada cuando hacemos el amor. Amo la forma de tus piernas, así como la de tus brazos y todo tu cuerpo. Amo el día que sangraste para mí por primera vez, y la felicidad que nos produjo. Amé la forma en la que chillabas cuando te apuñalaba, pero ya no chillas, y tu amor ya no me sirve. Se me han acabado los motivos por los que te amo, así que, ahora que no estás, buscaré a otra a la que amar.